Ruptura del sitio

En los primero meses de la guerra de independencia, las partidas rebeldes que operaban en las faldas del Citlatepetl, bajaba a los llanos amagando villas y pueblos, pero en realidad solo se trataba de guerrillas dispersas e indisciplinadas que obraban independientemente y sin organización, pero aun así interceptaban los caminos y ponían en movimiento las guarniciones.

Un coscomatepecano, Don Mariano Gómez, viajo para trabar conocimiento con los conjurados de Querétaro, y quedando comprometidos con los conjurados volvieron. Sin fatiga otivaron la causa libertaria, lo que lograron en poco tiempo ayudados por el cura Antonio Amez y Arguelles. Gómez, sin embargo, fue denunciado a las autoridades virreinales, quienes haciéndolo prisionero lo interrogaron acerca de las otras personas comprometidas y ante su negativa a delatar a sus patriotas, fue fusilado.

Después de la victoria de San Agustín del Palmar, Nicolás Bravo fue nombrado Jefe de la Independencia del Estado de Veracruz. Tampoco a Bravo, como anteriormente a Barcena, se le escapó lo estratégico de Coscomatepec, ya que por situarse en las estribaciones de la Sierra Madre Oriental, en medio de las montañas abruptas ofrecía un refugio seguro, con defensas naturales como las barrancas de Tomatlán y Jamada. Bravo contaba con la simpatía del pueblo que era totalmente de ideas libertarias y partidario decidido e incondicional de los insurgentes. Bravo supuso y mas tarde comprobó que la ciudadanía de Coscomatepec le seria fiel hasta el final.

Con ayuda de su tropa y de la gente pacifica de San Juan Bautista, comenzó a fortificar el pueblo y a construir armas. Si tan solo hubiese tenido tiempo de desarrollar la labor social y militar que emprendió, con toda seguridad se hubiera convertido en un enemigo formidable para el gobierno virreinal, pero su actividad no paso inadvertida para las autoridades que fijaron más que nunca sus ojos en el joven militar.

Para los realistas era de gran interés no dejar a Bravo este punto ventajoso de Coscomatepec, por el peligro que corrían las riquezas de tabaco almacenadas en las villas de Orizaba y Córdoba (únicos lugares de estanco de la producción agrícola tabacalera, por entonces principal sostén económico del gobierno de la Nueva España), y para la comunicación expedida en el Camino Real de Veracruz a México.

Para sitiar a Cosco se eligió al Coronel don Juan de Cándano, comandante del batallón de Asturias. Bajó de puebla con unos 600 hombres. Conti a la vez salió de Orizaba con un numero igual de tropa y el día 5 de septiembre toda la división estaba reunida frente a Cosco, pero el día anterior Conti atacó sin éxito la plaza.

Al campo realista llegaron más refuerzos y equipo bélico de las villas cercanas, aumentados considerablemente los pertrechos de los realistas se resolvió el ataque general el día 16 de septiembre, batalla en la cual los insurgentes se batieron heroicamente conmemorando el tercer aniversario del Grito de dolores. Por entonces el general Bravo andaba muy escaso de municiones, a tal grado que pagaba 4 reales cada bala realista, balas que inmediatamente devolvían los artilleros.

Al tener noticias de la tenaz resistencia de Coscomatepec, Calleja decidió enviar al Coronel Don Luis del Águila, para que dirigiera las operaciones militares por aquel rumbo. Bravo solicitó ayuda a Morelos, quien ordeno a Don Mariano Matamoros, al Coronel Arroyo y a otros jefes insurgentes acudieran sin perdida de tiempo a brindarle apoyo al general bravo. Dado lo retirado que se encontraba Matamoros y lo estropeado de los caminos por la constante lluvia, llegó a San Andrés Chalchicomula hasta el día 13 de Octubre, 8 días después del rompimiento del sitio que diera gloria a Coscomatepec.

Los sitiadores, con elementos de guerra traídos de las villas, cercaron aun más a Bravo; tanto que los sitiados pasaban momentos angustiosos por la falta de ayuda, de parque y de víveres; bravo tuvo que racionar a todos hasta comer exclusivamente chayotes hervidos, y fortaleciéndolos con la promesa de la llegada de Matamoros.

El día 30 de septiembre llegó el coronel del Águila para hacerse cargo del sitio y comenzó a trabajar aprovechando los planes de Cándano, Frente a Cosco se encontraba toda una división lucida de soldados europeos fogueados en recias batallas en Europa, magnifica artillería y bastante parque. En tanto, Bravo ya no contaba ni con alimento, tropa y el pueblo padecían hambre.

Heroica había sido la defensa rechazando continuamente los ataques realistas, pero ya no era posible seguir resistiendo más tiempo, por lo que el general insurgente, Don Nicolás Bravo decidió romper el sitio la noche del 4 de octubre, convoco al pueblo frente a su cuartel a las 11 de la noche y con arenga patriotica le informó que dos horas mas tarde abandonaría el poblado, quedando el vecindario en libertad para seguirlo o solicitar el perdón ofrecido de antemano por el coronel Águila; rompieron los saquetes de sus cañones y encartucharon las pólvora para los fusiles, quemaron las cureñas de los cañones y enterraron la artillería de pequeño calibre reservándose únicamente los cañones de campaña, a las 2 de la mañana ya siendo el día 5 de octubre de 1813 se inició la marcha sigilosamente yendo la masa del pueblo protegida por una fuerte columna, a los caballos hubo necesidad de cubrirles los cascos con trapos a fin de atenuar el ruido que hacían al caminar. Los mas conocedores de caminos y veredas sirvieron de avanzada, tomaron hacia el este por una calle que actualmente lleva el nombre del Héroe del Sitio; Nicolás Bravo, pasaron por el río Tlacuapa, muy cerca del destacamento realista que cuidaba la salida a Huatusco y después de tres penosos días tras de estar en varios poblados circunvecinos lograron llegar a Huatusco culminando así los treinta y tres días de lucha constante y sangrienta que duró el sitio. Ese día 5 de octubre el coronel Don Luís del Águila ocupo el pueblo. Pero completamente vacío por lo que el estribillo de talayote cantado por los insurgentes los últimos días de resistencia aplicó finalmente su sentencia que entre otras cosas decía "hallara la jaula sola, porque el pájaro voló..." "... ni he tratado mas de ir a San Juan donde las armas del rey han empañado no poco su brillo...", escribió del Águila al virrey Calleja desde Orizaba.





fuente: http://www.coscomatepec.info